“Como casi toda mi generación, fui educado en el espíritu del refrán "La ociosidad es la madre de todos los vicios".” RUSSELL Bertrand - Elogio de la ociosidad. De esta manera podemos comprender que exagerar o reiterar cierto tipo de comportamientos nos llevaran necesariamente a un grado de incapacidad y caer en la pereza, el uso inadecuado de este tipo de tecnologías nos llevan a usarlo para encontrar algún tipo de ocupación, sencillamente para distraer nuestra mente a través de sus diversas funciones, aplicaciones e interactividad que estos móviles nos ofrecen.
Las funciones que poseen, permiten un nivel de interacción de usuario-dispositivo muy variada y de forma constante. Motivo por el cual los usuarios han dado un uso inadecuado a la facilidad que les presentan estos móviles para difundir información o sencillamente para “hablar” con alguna persona. Situación por la cual se ha visto estas nuevas ayudas como un mecanismo que fomenta la facilidad de comunicación, realizar trabajos, tareas, compartir informes, entre otros. Esto no deja a sus usuarios realizar ningún tipo de esfuerzo para saciar sus necesidades. Los jóvenes que usamos estos celulares le damos un uso “inútil” pues nos dedicamos a realizar tareas inoficiosas.
En cuanto al uso de datos las empresas de telefonía móviles ofrecen cada día mas planes de cobertura, para que los usuarios puedan acceder a sus facilidades y comunicarse con libertad con las personas que necesitan en su vida cotidiana puede ser que se convierta más que una simple necesidad. La adicción es una afición patológica que genera dependencia y resta libertad al ser humano al restringir la amplitud de sus intereses. Enrique ECHEBURÚA Ernesto - Adicción a las nuevas tecnologías en adolescentes y jóvenes 2009.
De este modo, el uso de los smartphones tienen una alta tendencia a convertirse en una ansiedad ya que limita y restringe otras necesidades de los usuarios, pues en su gran mayoría se convierten en personas empedernidas que viven a través de ellos, es decir, llegan a un punto de su vida y su día a día que necesitan de tener un mecanismo telefónico para sentir que pueden comunicarse. Esto notablemente lo hace caer en las tendencias de uso obsesivo que tienen muchas personas que usan estos tipos de celulares.
Respecto a la vida social, la gente se aleja de una vida social normal, dado que se limitan a hablar con sus contactos por medio de redes sociales o por id interno de los smartphones. Esta situación ha modificado la forma de convivir en la sociedad, si bien el compartir información se hace de manera muy sencilla, la interacción entre el individuo ha disminuido de una manera muy grande; por eso ahora no hablamos, no gestualismos; solo escribimos y compartimos.
Es un tema de debate cultural, político y ético. Nos jugamos la calidad de vida, pero también el respeto a la dignidad humana. Hagamos que tecnología y sociabilidad sean compatibles. Si en el autobús o el restaurante alguien a nuestro lado vocifera al teléfono, y otros hacen igual, el espectáculo, además de lamentable, indica que a nadie le importa nadie. Hay que replantearse entonces las reglas de la amabilidad y recordarlas ya desde la escuela. La sociedad ha cambiado. No dejemos que se deteriore.
Tomado de: NORBERT BILBENY - catedrático de Ética de la UB
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